Tabla de contenido:

Cómo Atraer A Tu Marido Con Pantuflas
Cómo Atraer A Tu Marido Con Pantuflas

Video: Cómo Atraer A Tu Marido Con Pantuflas

Video: Cómo Atraer A Tu Marido Con Pantuflas
Video: HAZ esto y tu pareja se volvera loco/a de amor por ti 2024, Abril
Anonim

Cómo atraje a mi esposo con pantuflas: gracias a mi abuela, hice una señal

Image
Image

Si sueña con conocer a un príncipe apuesto y no aparecerá en la puerta, no pase por alto este artículo. Quiero compartir con ustedes un método muy simple, y por tanto, en mi opinión, ingenioso, gracias al cual conocí al hombre de mis sueños.

Estuve mucho tiempo solo, porque viví según el principio de que es mejor estar solo que con cualquiera. Bueno, no me gustó conocer a alguien así, “por salud”, quería que fuera de una vez por toda mi vida. Pero para ello es necesario que una persona corresponda a tantos parámetros que ni siquiera está claro dónde, cómo y dónde comenzar la búsqueda.

Una vez estaba visitando a mi abuela. Y mi abuela es una mujer de la vieja escuela, a los ochenta años tiene la cabeza tan clara como a los veinte, y siempre lo logra, gracias a su prudencia y sabiduría mundana. En general, nuestra abuela es una autoridad. Comencé a quejarme de mi destino femenino y a suspirar con fuerza. Eso, dicen, todo, probablemente nunca conocerá a mi prometido.

Entonces mi abuela me dijo, dicen, qué estás sufriendo, no debes sufrir, sino lidiar con los negocios, y que ella conoce el presagio, gracias al cual puedes encontrar a tu prometida-mamá sin mucho esfuerzo.

Es necesario, en un futuro muy próximo, ir a la tienda y comprar zapatillas de hombre, pero no cualquiera, sino exactamente las que le sientan bien al hombre de mis sueños. Si desea una estancia tranquila en casa, debe comprar suaves y cálidos, en colores claros. Si quiero un hombre de negocios, los de cuero más caros. Si me arrepiento del dinero y compro los más baratos, los primeros, entonces el hombre será así: vago, mal ganando, frívolo.

Luego debes ponerlos junto a los míos y esperar pacientemente, y lo más importante, no permitir que nadie se los ponga, no ofrecérselos a ningún invitado. “Verás, nieta, el dueño de las pantuflas aparecerá a la hora indicada”, me aseguró mi abuela.

Medio escéptico, medio queriendo complacer a mi amada abuela, sin embargo fui y compré unas zapatillas, las más bonitas, caras y cómodas en apariencia, y las puse junto a las mías. Y lo quisiera o no, lo pensé interminablemente, los miré y les presenté a su dueño.

Menos de un mes después, conocí a un hombre que me gustó de inmediato. Y tengo la sensación de que lo conozco desde hace mucho tiempo, y que nos entendemos perfectamente. Todo se desarrolló muy rápido, y seis meses después me propuso matrimonio.

Si las zapatillas me ayudaron, o mi mente subconsciente, que en ese momento sintonizó para conocer al hombre de mis sueños, o es todo un accidente, tú decides. ¡Y le ofrecí a mi abuela ser una de las damas de honor!

Recomendado: